La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la violencia contra la mujer como todo acto que cause “un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
La violencia contra las mujeres es una práctica social ampliamente extendida alrededor del mundo.
Las Naciones Unidas han reconocido que la violencia contra las mujeres es un problema de salud pública; una práctica aprendida, consciente y orientada, producto de una organización social, estructurada sobre la base de la desigualdad de género. Ante ese panorama, en diversos países del mundo se han implementado legislaciones, acciones y políticas públicas para prevenir y afrontar las consecuencias de la violencia de género.
En México, el 63 por ciento de mujeres de 15 años y más ha experimentado al menos una agresión, siendo en la mayoría de los casos el agresor la pareja de la víctima. En nuestro país se cuenta con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia desde diciembre de 2006, la cual obliga al Estado a mexicano a intervenir de forma directa para evitar la violencia contra las mujeres conforme a los principios de igualdad y no discriminación.